Sin luces la pantalla: espejo inverso de mi universo… una cocinera degolla un violín de cuerdas de tripas y cabeza de gallo, las señales violentas desesperan al público que atónito deja escapar un murmullo casi incomprensible - tu nombre, dicen…
Las calles de todos los días, los mundos enfrente, templos labrados y ajenos, serios, Paulicéia de mi olvido, mudez en la mañana, ojos turbios abarcan con ternura la pálida imagen, fragmentos de tiempo, tiempo de un planeta donde abrazaba y te escondía en la juventud de mi cariño y a fuerzas de mis lágrimas…
Calofríos si te pienso, llanto intenso si te pienso. Amarga postura: espaldas hacia los segundos que en desenfrenado galope avanzan, hecho llamarada y me atraviesan. En mi espíritu rincón ninguno descansa, bajo torturas de piedras blandas, cárcel, privada de esperanzas, en mi regreso un paisaje desierto, son mis ojos aun turbios el agua eterna de tu recuerdo…
quarta-feira, 4 de novembro de 2009
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Un continuo y eterno regreso de mundos anteriores, de recuerdos en devaneos (desvairados) que aúllan por la madrugada y despiertan con una lucidez insana. ¿Donde está el planeta que se perdió en los fragmentos del tiempo tan cercano y de tanta añoranza? ¿Donde está la fuerza joven que se alzó de las lágrimas?
ResponderExcluirY es entre las horas idas y el porvenir que transitan todos los deseos, todos los paisajes, todas las memorias, todas las insegurazas, algunas alegrías, pocos encuentros y la perspectiva de que, absolutamente, todo puede por fin sorprendernos. Besos, mami