Abro apenas los párpados, es el despertar mi real ensueño. Tu rostro, tibia imagen que salta hacia el ojo, rubra sangre brota de un cuarto en luz, despertarme en pedazos tuyos, bajo espacios despacio que reposan mi espíritu en cruz…
Momento lento, muerte que, de a poco, en los labios de la mañana derrama, fuente y lluvia de gotas en llamas, en las manos rayos oculto, en el pecho tu añoranza, recuerdo blando quebrando la distancia… me detengo en el tiempo, nublado por adentro, despierto a tiempo de tenerte en sueños.
quarta-feira, 18 de novembro de 2009
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